¿Cómo era? Estoy seguro de que empezaba por E. ¿Eva?, ¿Esther?, no… Encarni tampoco, ¿Emi?… Pocas cosas hay tan vergonzosas como no recordar el nombre en esta situación. Al menos que no se de cuenta. Tendré que decirle cariño, o amor, o preciosa…cualquier cosa menos chata. O mejor me voy sin despertarla. Casi mejor, sí. Al fin y al cabo ni siquiera es guapa, creo. Levántate sin hacer ruido y no te choques contra nada. No pienses en la resaca. Recoge tu ropa a tientas aunque te dejes un calcetín, abre la…
– Buenos días Daniel
– Hola, chata.
POR LA NOCHE
¿Cómo se llamaba? Sé que lo sé, pero soy incapaz de recordarlo. Sé, porque tengo la inútil capacidad para recordar definiciones enteras pero no palabras sueltas, que se trata de la facultad de tener conocimiento de nuestra propia capacidad memorística. Tengo en la punta de la lengua ese maldito nombre… ¿Eva?; ¿Emi?. Es desesperante. No podré dormir hasta que lo recuerde. ¿Cómo era esa palabra que lo define tan bien?
– Cariño, deja de dar vueltas en la cama, por favor.
– ¿Sabes cómo se dice cuando…?
– Metamemoria. Ya te lo dije ayer.
metamemoria. Qué mala es la memoria
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qué cabronazo el tío. Pero me ha gustado mucho
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siempre he dicho que no hace falta tanta floritura en un texto para hacerlo ameno, para darle vida, para hacerlo real y que llegue. Y este es un buen ejemplo
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el comentario de antes era mío. No le puse el nombre. Irene
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Ya he estado viendo tu blog ,
coincido contigo en algunas canciones y grupos, también he leído algunos
de los microrrelatos, me ha gustado bastante el de vuelta a casa, ya leeré
el resto, me imagino que habrás leido los cuentos de Monterroso,
considerado uno de los mejores escribiendo cuento corto, a veces
cortísimo, y también he visto que te gusta José Tomás, aunque algunos
digan que la gracia de arrimarse es que el toro no te coja….
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este relato se lo dediqué, hace ya mucho tiempo, a Vicum, Cata y Pasteur. Me acordé de ellos cuando lo hice, y puedo asegurar que no fue porque alguno fuera infiel a su pareja.
Hemos hablado tantas veces de estas cosas con una copa en la mano, y a los amigos, aunque cada vez los veas menos, hay que cuidarlos.
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