LA MÁQUINA EXPENDEDORA DE SENSACIONES

¿te imaginas que la vida fuera como una máquina expendedora en la que solo con echar una moneda pudieras elegir el sentimiento con el que quisieras vestirte en cada momento?

Nadie ni nada elegiría tu presente. Nada te impediría sentirte como tú quisieras sentirte.

Enamorarme… un euro; excitarme… otro euro; ser feliz… un solo euro; bueno, ¿pues qué te apuestas a que alguna vez pediríamos un sentimiento amargo, de desgracia?

¿Y para el que nos cae mal? También, sobre todo sabiendo que él podría también desearnoslo a nosotros. ¿Sentimos envidia antes de que ésta nazca?. Somos humanos. No tenemos arreglo.

¿Y si existiera otra máquina parecida pero a la que pudieras pedir para la persona que está contigo?… entonces, ¿qué pediríamos?.. .¿excitación?… ¿enamoramiento?… Seguramente excitación y lealtad. ASÍ SOMOS LOS HOMBRES… tan simples. A alguno se nos ocurriría pedirle felicidad, pero ahí entraría también nuestra propio y miserable inseguridad. ¿Y si le pedimos felicidad y no somos nosotros los hacedores de la misma?

Y así tendría que ser la vida. Una máquina expendedora de sensaciones. Y para el cobarde, al lado, otra máquina expendedora de tabaco.

5 comentarios

  1. yo quiero una máquina de esas. Por cierto, totalmente de acuerdo. Sois unos miedosos, cobardes e inseguros. ¿Eso lo ha escrito Macu o tú?. Aquí estoy aún. No quiere salir

    Me gusta

  2. Pues si yo tuviera la máquina ésta, le pediría…ay, pues no lo puedo decir…que luego todo se sabe.

    No, ya en serio. La vida sería muy aburrida con esa máquina. No la quiero, Josa.

    Me gusta

DEJA TU COMENTARIO (bueno o malo)

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.