(I)
Primero pasarás sobre mi cadáver – le gritó ella, vencida por el desamor, cubriendo su cuerpo con los restos de la ropa rasgada, e intentando no respirar ese aguardiente vaporoso que le rodeaba. Por fin le plantaba cara en más de diez años de casados.
Nunca hasta ese momento había tenido ella la razón.
(II)
Quizás por eso mi destino estaba ya escrito. Morí pronto, no muy joven, pero si lo bastante pronto como para no tener descendencia. Eso será lo mejor para los posibles futuros yos. Morí. Pero esto lo escribo sin haber muerto aún. Sé que será hoy. Le oigo llegar. Otra vez borracho, y sé que así será lo dicho.
vuelvo a ser la primera en leerlo? No puedo dormir. Jaimito está a punto de venir ya. De mañana no pasa. Ya lo verás. Ya lo noto aquí conmigo.
Cuando dices «nunca hasta ese momento había tenido ella la razón» te refieres a la primera frase ¿no? «Primero pasarás sobre mi cadáver». Una vez más, precioso.
Tío, tendrían que publicarte estas cosas. ¿No las presentas a ningún sitio? Pero me quedo con la almadraba.
Creo que voy a despertar a Manu
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por cierto, el apartado dos, la carta de ella, creo que sobra. ES mi opinión. No te lo tomes a mal
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yo también pienso que la carta no deberías haberla puesto. El párrafo es mas que suficiente para explicar lo que pasa. Por primera vez en su vida tiene razón sus palabras. Muy bueno. Demuestra que nunca ha podido hablar, y cuando lo hace le cuesta la vida. mUy bueno
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me gusta como describes el miedo de la mujer en la carta. Sin excesos, sin florituras, pero se ve claro el miedo ante una muerte inevitable.
Y lo de la primera vez que sus palabras tenían razón me parece genial
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no lo entiendo muy bien
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