Un equipo de investigadores dirigido por un egiptólogo del CSIC ha descubierto en Luxor (Egipto) una cámara sepulcral pintada hace 3.500 años
Djehuty, el escriba real, fue enterrado en un libro. En su cámara mortuoria, las paredes y el techo están cubiertos de jeroglíficos que narran pasajes del Libro de los Muertos. El documento, un GPS que debía ayudar al difunto a superar los obstáculos que se interponían entre él y el paraíso, solía acompañar al muerto en un papiro. Djehuty prefirió descansar literalmente rodeado por las instrucciones para la salvación. 3.500 años después, el investigador del CSIC José Manuel Galán y su equipo pudieron disfrutar de la espectacular composición que otros escribas habían elaborado para uno de los más grandes de su gremio. “Encontrar algo así es más que un sueño para un egiptólogo”, afirma Galán. El descubrimiento se ha realizado durante los trabajos de la VIII campaña del Proyecto Djehuty, una iniciativa patrocinada por la Fundación Caja Madrid que pretende excavar y restaurar el monumento funerario del escriba egipcio.
Djehuty ocupó los cargos de escriba real, supervisor del tesoro y supervisor de los trabajos de los artesanos del rey bajo el Gobierno de Hatshepsut, una de las pocas reinas que tuvo Egipto. En aquella época, en torno al año 1480 a.C., debía de ser “uno de los intelectuales y escribas más creativos”