Se lo tenía merecido. Fue la propia vida, esa que siempre le ayudó a cargar las maletas, quien no quiso seguir siendo su compañera de viaje.
Ellas siempre habían compartido muchos momentos. Los buenos y malos. En realidad siempre los habían compartido todos, pero ella ya no tenía nada que ofrecer.
Cuando la vida se quiso despedir, a ella no le pilló de sorpresa. En realidad ella lo supo antes de que se lo dijera, y no le importó.
Cuando alguien muere, es la vida la que se va…Y con ella se va todo: dolor, amor, alegría, y hasta los remordimientos. Pero cuando el que muere no eres tú, si no el que siempre estaba a tu lado, ese al que tanto querías, y con el que compartías todo, es entonces la muerte la que entra en tu vida para no marchase, para desgarrar tu vida, tu esencia… todo tu ser. Y ella no quería cambiar de compañero de viaje a esas alturas.
Fue primero su sombra quien desapareció de la vieja pared de ese salón donde tanto había llorado esas últimas horas de su vida. Y ella quiso correr tras ella. Definitivamente, era el momento de bajar del tren – pensó su fiel compañera. La mujer murió porque tenía que morir. Fue ella misma quien se lo buscó…
No se puede estar viviendo con un hombre así… tantos años, y pensar que se va a vivir para siempre. Habían sido años amables, llenos de besos y de sonrisas. También había habido tristezas, y bofetadas – todas de la vida. Ochenta y nueve eran ya, muchos años, y no estaba dispuesta a seguir viviendo – o sufriendo – uno más, sin él a su lado.
Por eso la vida la abandonó esa misma tarde, cuando se cansó de llorar, mientras sus hijos acompañaban a su padre al cementerio. Con ella estaba su nieta, esa a quien adoraba por lo mucho que se parecía a él. Antes, la miró y le sonrió. Después cerró sus ojos para siempre. Su nieta lloró un minuto. Se abrazó a ella, y, finalmente, sonrió. La abuela había muerto. Y se lo tenía merecido.
PARA DESCARGAR EN WORD……………..saber marchar
DEJA TU COMENTARIO (bueno o malo)