¿Y si después de todo no he sido tan malo como yo mismo he creído siempre?
Sé que es un poco tarde para hacerme esta pregunta, pero es hoy, precisamente en el día de mi septuagésimo primer cumpleaños, cuando me la planteo por primera vez y se dibuja una sonrisa en mi cara.
¿Será porque por primera vez la respuesta no es la que yo mismo esperaba?
Seguramente todo se debe a ella, la mujer que me acompaña, que es quien me ha convencido de que no soy una mala persona, eso de lo que todos hablan con esa falta de escrúpulos, aunque nunca haya podido cotejarlo porque a nadie he conocido nunca más de una hora, un día, o una semana, aparte de la gente con la que llevo conviviendo en la residencia ya casi dos años.
Ni siquiera en mi infancia tuve un solo amigo que no fuera esa madre que me maltrataba. Y fue allí, en esa infancia cruel, donde se forjó mi huraño carácter, mi eterna soledad, y ese dolor que nunca me ha abandonado… ni siquiera hoy.
He oído a muchos hablar de su infancia. Unos lo hacen bien, otros mal… y yo, de todos me río.
La mía no fue difícil, ni siquiera estuvo marcada por la desgracia… la mía fue un auténtico infierno del que aún no he podido salir.
No había cumplido aún los siete años cuando fui abandonado por una madre que me daba más palos que abrazos, y alejado de un padre al que nunca conocí, ni del que siquiera supe su nombre
Después – aunque nadie apostara un solo céntimo por mí – me hice mayor, y en esa mayoría de edad me cobijé, borrando capítulos de mi vida que no quise recordar porque no los quise tampoco volver a vivir.
Una vez escuché – quizás sea la única frase que guardo en la herencia recibida de mi madre – que recordar es vivir…
Será por eso que he preferido estar muerto tanto tiempo…
TODO EL RELATO EN WORD………el-ultimo-de-mi-especie-1
TODA LA HISTORIA…………………el último romántico
DEJA TU COMENTARIO (bueno o malo)