TRES VALLES, CAPÍTULO 8: «DESHONRÁ»

En todos los pueblos suele haber un tonto, y en todos hay, a la vez, una persona marcada, alguien  que nada puede hacer ya para salvaguardar un honor que todos creen perdido y que, de paso, jamás dejarán que recobre.

Ana Quijano, “la impía” como algunos la conocían cuando niña, o “la deshonrá” como casi todos le llamaban ahora, era, sin duda alguna, el demonio que vivía en ese pequeño pueblo. Nadie había hablado más de dos frases seguidas con ella en los últimos veinte años.

Ninguna mujer osaba a saludarla, pero todas la habían mirado siempre con cierta envidia, lo que llevó a ese odio casi visceral.

La “deshonrá”· no existía, no vivía con ellos, salvo para soportar los punzantes comentarios que hacían cuando, por cualquier razón, se acercaba a Tres Valles.

Aunque sabía que no contaba con la simpatía del pueblo, sobre todo con la de las mujeres, que la desdeñaban, siembre bisbisando a su paso, nada le importaba ya…

¿Qué podía importarle a sus cuarenta y muchos años que unas mujeres como esas la criticaran después de lo que habían estado diciendo de ella, y de su madre, durante toda la vida?.

Ella, aun sintiéndose cansada, y poco viva, sabía que seguía siendo deseada por los hombres del pueblo como cuando era una jovencita, y esa arma de doble filo comenzó a utilizarla para su propio interés.

Había estado perdiendo el tiempo durante muchos años, recibiendo puñaladas por la espalda, y ahora se encargaría de poner a cada uno en su sitio utilizando el don con el que Dios la había agraciado y del que nunca se había aprovechado…

todo el capítulo en word……….008 DESHONRÁ

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