Ayer, una niña de siete años estaba enfurruñada. ¿Y de dónde vendrá esa palabra? Es más, ¿existe realmente?
aparece por primera vez en 1732, con el significado de “ponerse colérico y enojado, enfadándose y gruñendo contra otro, y hablando como irritado contra él. Es voz bárbara y rústica”.
Proveniente del francés antiguo enfrogner ‘poner mala cara’ (hoy, se renfrogner), derivado de froigne ‘cara malhumorada’ (también en francés antiguo), procedente del galo frogna ‘ventanas de la nariz’. Este nombre de las ventanas de la nariz se originó en el galés ffroen, del mismo significado, o en el irlandés sron ‘nariz’.