¿Que no te gusta esta sonrisa?… ¿Acaso crees que es la mía, esa que me regalaron en mi niñez, que más tarde perfeccioné en mi juventud, y que, finalmente, se ha borrado en esta mi madurez?.
Hace ya un año que nació mi primer hijo. Un año que ha pasado muy rápido. Tanto, que ya se ha ido… Como él, que murió hará una semana.
Sí, estoy demasiado triste para posar, lo sé, pero necesito el dinero para pagar todas las facturas que guardo de las medicinas compradas para intentar salvarle. ¿Me las vas a pagar tú, si no? No ¿verdad?
¿Que sonría? Ya estoy haciéndolo.
Sí que estoy triste, sí… Y lo estoy porque no es justa la vida conmigo. Nunca lo fue.
Siempre he querido saber lo que es querer como solo puede querer una madre, y ahora que lo he aprendido no me sirve para nada, salvo para incrementar este dolor que arranca desde dentro y que mata todo lo de fuera.
Y, pasada una semana ya desde que me lo arrancaron de los brazos para sepultarlo, sigue doliendo, cada vez más, con un nuevo dolor, con un nuevo deseo de gritar más fuerte, y, sobre todo, con mucha desesperación.
Al fin sé lo que es querer como solo puede querer una madre. En cambio, no sé lo que es que te quieran como solo se quiere a una madre.
¿Qué si estoy triste? Tengo treinta y tantos… casi cuarenta. Durante este año pasado he estado casada con el hombre al que siempre amé, ya desde niña, y he sido madre…
Nada me hizo más feliz que eso.
Por eso ahora soy tan desdichada, porque todo lo que el gran hacedor me dio, todo aquello que me regaló, me lo ha quitado vilmente, sin contemplaciones, sin preguntar, y, lo que es peor, sin avisar para que me preparara.
Nadie debería sufrir nunca esto que pasea por mi interior y que tú ves al mirarme.
Siempre quise tener un hijo, y esa esperanza era el viento que movía las aspas del molino de mi dicha. En cambio, ahora sé que ya jamás lo tendré, y solo me quedará el recuerdo de ese amor que alguien ha cortado cruelmente.
¿Que sonría? Préstame tú la sonrisa que nunca utilizas, esa que dejas en las mejillas de tus hijos porque no te atreves a llevarla contigo.
¿Cuántos tienes tú? ¿es verdad que tienes más de diez? Deberías entenderme, pero claro, tú eres hombre.
Está bien… sonrío, pero solo así. Más no puedo.Tú eres el artista… Inventa tú mi sonrisa.
en word…………………..LA MODELO DE LEONARDO
no está mal el final. Siempre me he preguntado por la tristeza de esa sonrisa
Me gustaMe gusta
me gustan más las cosas que cuentas en tus escritos que la forma en que las escribes
Me gustaMe gusta
raro pero entretenido
Me gustaMe gusta