Esto que vas a leer, y que se llama ESTUPIDOS ANIMALES, es un desvarío mental de los más grandes. Atrévete:
Tengo en casa un pájaro. Tiene una jaula grande, casi el doble de la que necesitaría, con dos bebederos y dos comederos, y hasta dispone de dos barras donde se puede posar cada vez que quiere. Todos los días lo alimento, y le doy agua fresca y limpia. En muchas ocasiones, cuando canta, lo miro, y me gusta hacerlo. Mis hijas también lo miran, y sonríen mientras hacen juegos de palabras con su nombre.
Frasco… Frasquito. Perico… periquito.
Hay veces en que me mira muy serio, como si me vigilara, y he llegado a ver envidia en esa mirada sin expresión… A veces he visto también odio.
No sé por qué tendría que envidiarme. Él no tiene que trabajar, ni se pone enfermo, ni tiene que cuidar de sus pequeños… Todo en él es libertad para ser él mismo, disponiendo de las veinticuatro horas del día sin que nadie invada su territorio.
Tampoco encuentro motivos para que me odie o envidie. Después de todo, cuando nació a él le dieron unas hermosas alas para volar. A mí, no.
¡Estúpidos animales! No hay quien los entienda… Deberían ser racionales como nosotros, los humanos.
(dedicado a toda aquella que se haYA sentido alguna vez encerrada en una jaula)
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