¡Acabemos ya con los dictadores del juego! Juguemos a lo que queramos, con lo que queramos y como queramos… Y al que no quiera jugar con nosotros, sonriámosle. Se trata tan solo de un juego, y a veces es mejor jugar solo que con alguien que no sabe o no quiere saber jugar.
BREVE Y BUENO
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