Era invierno y él paseaba pisando la fría arena de la playa, como cuando era niño. En su mano derecha esos zapatos tan caros que no queria estropear, y en la izquierda nada… Ni siquiera una piedra de esas que tanto le gustaba ver saltar por la superficie cuando era niño… Y es que, ya nada era igual.
Además, ese día hacía viento y muchas olas, y eso – ahora – le impedía meter sus pies en el agua. No quería – o no podía – mojarse los pantalones de persona mayor que ya siempre llevaba puestos.
¡NO CREZCAS!
Josa me has emocionado
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muy bueno esto de hacerse mayor
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