
“¡sorpresa, nos vamos a Portaventura!” Al oírlo – conozco a esa preciosa mamá – pensé en mis hijas, y me dije “¡qué suerte tiene esta niña que la van a llevar a un sitio tan chulo!” La niña, lejos de ponerse a dar saltos de alegría, se puso muy seria, y, algo enfadada le dice a su mamá: “que rollo mami. Yo quiero ir a Malaga a ver el mar y a oler los naranjos” “pero si Port Aventura es un sitio chulísimo” dijimos los que por allí estábamos. “Ya, pero me gusta más el mar y las naranjas, por eso quiero ir a Málaga” Yendo para casa dejé de pensar en la suerte que tenía esa niña, y pensé en la que tenía esa mamá. Sé que ella pensó lo mismo pues se fue contrariada pero emocionada. LOS NIÑOS NO DEJAN DE SORPRENDERNOS Y DE ENSEÑARNOS. A LO MEJOR ES HORA DE CALLAR Y ESCUCHARLOS A ELLOS. A VECES TIENEN MÁS QUE DECIR QUE MUCHOS DE NOSOTROS
Qué buenoooooo
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me encantaaaaaaa
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