Vermeer, el hombre que no se dedicó a pintar sino a guardarnos instantes eternos.
En este artista – ¿mi favorito? – todo parece fugaz, todo es instantáneo, y todo sigue ahí por siempre… El astrónomo que levanta un momento la vista del mapa parece que haya encontrado la inspiración en ese globo, la criada que vacía el jarro de leche y que parece estar pensando en sus cosas – ¿quizás en su triste vida? – mientras el chorro de leche se suspende en el aire (míralo bien, detenidamente).
Ninguno de sus modelos podría posar horas, ni siquiera minutos, porque los gestos que capta son momentáneos. Él se los queda, y después los congela.