Esa noche lo entendió. Esa noche supo por fin de ese sabor no probado pero tantas veces oído. Esa mañana despertó impregnado aún en la miel con la que los amantes hacen esa luna tan bella en esa noche tan especial donde todo empieza y nada termina. Ahí lo supo… Después de esa miel no podía haber un final ya, así que dijo:
¡¡¡GRACIAS!!!