Ela era una niña eterna, una de esas mujeres que aunque despertaba todo tipo de placeres en los ojos de los hombres, los apagaba con el hermoso don que poseía aunque ella misma desconociera su existencia.
Él siempre había presenciado de lejos el espectáculo de su belleza, pero un día, mirándola mucho más cerca -quizás demasiado- descubrió ese don en el que antes no había reparado aun sabiendo que siempre había estado allí.
Ela tenía el don de dibujar siempre una sonrisa en la cara… Y no hablo de la suya.
¡Suerte, Ela!
felicidades a ela sea quien sea
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