Morisot hizo aquí una pintura genuinamente impresionista. Sus elegantes mujeres parisinas, son notables por su frescura y delicadeza. El artista pinta como nadie las telas almidonadas y la suavidad de la seda de los vestidos de noche, con pinceladas imprecisas, que arrastra por la superficie del lienzo, en las que se refleja la inmediatez del toque del pincel. La “impresión” de haber capturado el instante fugaz en el que una mujer se dispone a vestirse para salir o, al ser interrumpida, mira hacia el espectador, la convierte en un miembro destacado del grupo.
Morisot se casó con Eugene, hermano de Edouard Manet, y Julie – la chica del cuadro – es la hija de ambos. Esta niña fue una de las musas de muchos de los impresionistas, incluido Renoir.