Esa mujer era como ese propósito que todo mortal se hace después de tomarse la duodécima uva en esa noche mágica en la que crees que todo será posible… Sabes que no sucederá, que pasará el año y no será sino el mismo deseo para el año siguiente, ya que no serás capaz de hacerlo… Pero esa noche puedes desearlo, incluso pedirlo, porque esa noche mágica todo vale.
Es Nochevieja, la noche de los propósitos imposibles, y esa noche puedes desearlo, incluso prometerte que lo intentarás…
Eso era esa mujer para él, ese amor imposible con el que solo se podía soñar.
Unos lo verán triste… Otros, esperanzador. ¿Cómo lo ves tú?
triste, creo
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