Un ladrón entra en una casa y se lleva una tablet, un móvil, un ordenador, una televisión, joyas, dinero, y se va feliz. ¡Allá él!
Los dueňos de la casa están perplejos, asustados, pero, por suerte, siguen felices porque no se ha llevado nada de valor de la casa: Papá, mamá y el nene siguen queriéndose igual que ayer… ¡O puede que más!
El globo sigue inflado, colgado de la ventana… Y puede que un poco más que ayer.