Aunque en aquella maldita patera sólo se hundiera el padre, en ella viajaban también la madre y su hijo.
Ese día, el mar se tragó a todos… Pero sólo ellos lo sabían.Ellos, y todos aquellos que lloraban al otro lado del Mediterráneo. Los de este lado seguíamos sin entenderlo.
Llega el verano, y como todo en esta vida, tiene dos caras… La amable, y la cruel.