Dicen que todos los trabajos tienen algo malo. El mío me gusta, pero, como todos, también lo tiene. Por lo demás no me puedo quejar… O no debería. Tengo una muy buena paga, adrenalina por doquier, emoción a raudales, nada de rutina, viajes constantes, arte del disfraz y del engaño, sobresueldos, libre de cargas, pero, aun así, reconozco que es verdad eso que dicen de que todos los trabajos tienen algo malo.
En mi caso, lo único malo de mi trabajo es matar. Reconozco que a algunos me da pena matarlos… Por lo demás ser asesina a sueldo está bien… ¡Bastante bien!