
Brod desobedece a su amigo escritor y comienza a publicar títulos como EL PROCESO o EL CASTILLO.
En 1939 tiene que emigrar a Tel Aviv y allí pide a su secretaria (Esther Hoffe) que entregue los documentos de Kafka a la futura Biblioteca Nacional de Israel. En 1956 ella deposita los documentos en un banco suizo.
Max Brod muere en 1968 y Hoffe, al igual que hizo Brod, desobedece a este y lega el material secreto a sus hijas, que en 2007, al morir su madre, reclaman un derecho que les disputa con el estado de Israel.
Ya en 1988 la propia Hoffe subastó el original de EL PROCESO, adquirido por 1,5 millones de euros por el Archivo Alemán de literatura. Israel también reclama esta pieza.