LADY GODIVA: MI HISTORIA

Miremos el cuadro y dejemos que él escriba la historia, sin pensar mucho. A ver qué sale:

– ¡Tendrá poca vergüenza! – decía la mujer de Tom el sastre, a sus vecinas de aquel barrio de las calles del viejo y sucio Coventry – la muy descarada iba desnuda, subida a lomos del caballo de su marido
– no puede ser verdad – dijeron las demás, que habían obedecido la orden de su amo, de no asomarse a las ventanas mientras paseara
– yo oí los cascos del caballo, pero jamás imaginé que pudiera hacerlo
– si que lo hizo ¡Vaya si lo hizo! – volvió a decir la mujer del sastre
– la gente no tiene vegüenza… Lo que hay que hacer para sentirse mejor con una misma…
– Nosotros también la vimos, escondidos tras la ventana – dijo la mujer del carnicero – un espectáculo lamentable
– yo también la vi – dijo la mujer del panadero – y no es tan guapa como dicen
– es verdad, yo también la vi. Tiene la piel vieja y gastada – dijo la lavandera a sus amigas, que asentían también.
Tan solo los hombres callaban. Todos la habían visto también, pero ninguno se atrevía a llevar la contraria a su esposa…¿Cómo hacerlo? ¿Cómo decirles que aquel espectáculo había sido mejor incluso que acudir al teatro los viernes por la tarde?

Cuando, a la semana siguiente, los impuestos bajaron y todas esas mujeres y sus familias se sintieron más tranquilas, ninguna supo que el milagro de que ese avaro conde dejara de asfixiarles a impuestos estaba relacionado con una apuesta perdida con su bella y silenciosa esposa.
Desde ese día, Lady Godiva, como así la conocían todos, no volvió a salir de palacio por culpa de la vergüenza sufrida al saber que el viejo Tom, y su esposa, la habían visto a través de la ventana.
Y encerrada su belleza en ese palacio murió muchos años después, sabedora de que todo el pueblo la había visto pasear… ¡Esas cosas una mujer las sabe!