
Era en mitad del silencio que ella componía donde comenzaba mi estruendosa tormenta. Y era, sin duda alguna, la más ensordecedora de todas, la que más miedo me daba, la que más mojaba, la que más helaba, la que más desorientado me dejaba, y de la que uno no podía cobijarse por más que buscara refugio donde hacerlo…
Y es que era ella, aparte de huracán, cielo, e infierno, era también, y sin lugar a dudas, mi tormenta perfecta, esa en la que perderse era volver a encontrarse.
GUAUUUUUUUU
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EL OTRO DIA VI A LA QUE NOSOTRAS CREÍAMOS QUE ERA TU TORMENTA PERFECTA. YA NO ES TAN PERFECTA.
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