
Recuerdo aquellas noches. Recuerdo aquel silencio de tu respiración, recuerdo aquella cama, recuerdo tu cuerpo desnudo, y recuerdo aquellos libros que devorabas a mi lado. Tú leías esas historias de amor que tanto te gustaban, ajena a mí, sin saber que la verdadera historia de amor la estaba leyendo yo a tu lado.
Había noches en las que incluso me dejabas escribirla. Y entonces, a base de besos hirientes, y de roces paradisiacos, me deshacías y me fundías lentamente, convirtiéndome en tinta, mientras tú te convertías en el pincel, en el papel, y, finalmente, en el poema.
todos los días escribes?
Me gustaMe gusta
me gusta que te fundas y te hagas tinta para pintarla
Me gustaMe gusta