
I ¿VAMOS A LA BOYA?
Era verano y Mari y Nani están de nuevo juntas después de un largo invierno separadas. Las dos, a pesar de ser verano, siguen con sus preocupaciones, con sus problemas arrastrados de un invierno pandémico demasiado largo, y con ese estrés que un día alguien mal inventó. Pero por fin están de nuevo en la playa… en su playa, y las dos juntas otra vez… ¡Con lo que se han echado de menos todo el invierno!
-¿Sabes qué te digo, Mari? que ya llegará el invierno otra vez, y con él volverán los problemas del trabajo… pero ahora estamos en verano. No dejemos que nos lo joda el invierno
-Tienes razón. ¿Nadamos hasta la boya como hacíamos cuando niñas con papá? – dijo Mari levantándose -. Venga, cobarde… ¡Sígueme si eres capaz!
Nani sonrió, se levantó, y siguió los pasos de su hermana hasta sumergirse bajo el agua…
¡Qué paz! – pensó, mientras abría los ojos bajo el agua y aguantaba su respiración, avanzando con el movimiento del aleteo alegre de sus piernas.

II- ÉRAMOS LISTAS…
-¿Te acuerdas cuando éramos niñas y decíamos, e incluso jurábamos, que nunca permitiríamos que nada, ni nadie, enturbiara nuestros maravillosos veranos por muy mayores que nos hiciéramos? ¿Recuerdas?
–Éramos dos amigas muy listas.
-Ya te digo que lo… ¡somos!
III “SUERTE”
-Mari, si viajaras en el tiempo y volvieras a encontrarte con aquella niña enclenque y negruzca que eras hace treinta años, ¿Qué le dirías?
-¿si me encontrara a mí misma treinta años atrás? Pues le diría: “piensa bien la respuesta porque esta amiga tan pesada te repetirá la misma pregunta treinta años después”. ¿Y sabes? También le diría: “qué suerte vas a tener de seguir teniéndola como amiga”.
IV LO BUENO DE LO MALO

-¿Tú crees que alguien sospechará que no somos solo amigas, o cuñadas? ¿Crees que alguien puede sospechar que tú y yo…?
-¿Sospechar de lo nuestro? No creo.
-Yo tampoco la verdad.
-A veces lo bueno de esta sociedad es precisamente todo eso malo que esta sociedad aún tiene… Y cuando digo bueno, quiero decir que es bueno para nosotras.
V. SÍ, LO SÉ
-Algún día nos moriremos, y ya no podremos disfrutar de esta playa, ¿lo sabes?
-Vaya si lo sé.
-¿Y…?
-¿Y…? ¿Tú crees que ese día será hoy?
-No, hoy no.
-Pues, entonces… ¡Disfrutémoslo!
VI. PREOCUPACIONES
-Mari, ¿te acuerdas de cuando éramos adolescentes y podíamos pasar todo el día en la playa, sin preocupaciones, sin miedos, sin nervios, sin estrés, y tan solo disfrutando del sol y del agua?
-Sí, claro que me acuerdo. De hecho era tal y como es hoy.
-Ya no es igual. Ahora tenemos preocupaciones, estrés, miedos, y muchas más obligaciones.
-Y antes también, querida. Lo que pasa es que entonces no pensábamos en ellos, como deberíamos hacer ahora. Deja todo eso para cuando nos vayamos y ahora sigamos disfrutando de esta paz.
qué bonito escribes josamotril
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