Wilm Hosenfeld ( Mackenzell, 2 de mayo de 1895 – Stalingrado, 13 de agosto de 1952)
en su juventud profesor, fue un oficial alemán de la Wehrmacht en la Segunda Guerra Mundial que alcanzó el rango de capitán al final de la guerra. Ayudó a rescatar y esconder a polacos, incluyendo judíos, en la Polonia ocupada por los nazis. Salió del anonimato gracias a la novela autobiográfica del músico polaco Władysław Szpilman (El pianista del gueto de Varsovia), popularizada por la película de Roman Polański El pianista. En una abandonada casona residencial a punto de ser convertida en el cuartel general de las fuerzas de ocupación, el destino ese día juntó a dos hombres: Wladyslaw Szpilman, pianista milagrosamente escapado del Holocausto, y Wilm Hosenfeld, un capitán alemán ya desprovisto de cualquier ilusión o esperanza. El oficial pidió al pianista probar su condición de músico y Szpilman, con las manos aún entumecidas por el horror, tocó el Nocturno en cis moll de Chopin. Tras descubrir que aquel hombre era judío, Hosenfeld le ayudó a perfeccionar un escondite en la buhardilla y durante un mes le proveyó de comida, envuelta en periódicos que daban fe del inminente final del Tercer Reich. Por lo que cuenta Szpilman en su libro de recuerdos, ambos hombres poco pudieron hablar por temor a ser descubiertos. Pero Szpilman alcanzó a expresar su sorpresa ante lo que estaba sucediendo: «¿Es usted alemán?», increpó al uniformado. Hosenfeld reaccionó muy alterado: «Sí. Soy alemán», vociferó. «Y después de todo lo que ha sucedido, me avergüenzo de ello». Szpilman había tocado la fibra más íntima y convulsa de este hombre que, aparte de ser soldado nazi, era también entusiasta pedagogo, cariñoso padre de familia, devoto católico y, ante todo, orgulloso patriota.
tengo que decir que después de ver la peli «El pianista» no pude dejar de pensar en este personaje. Me conmovió como pocos. ¡Se la jugó!