ESCULTURAS INCREÍBLES: Riccardo Aurili

Cuando tienes la suerte de disfrutarla en su desnudez comprendes que toda ella es una obra de arte: tu obra de arte. Admirándola te sientes como ese artista que siempre quisiste ser y te crees capaz de dibujarla, esculpirla o componerla. Después descubres que no es ella, sino tú quien se queda de piedra al contemplarla desde tan cerca… y para siempre.

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