CUADROS CONTADOS A LOS JÓVENES EN SU IDIOMA POR UN BOOMER: «las bodas de Tetis y Perseo»

Esta escena que ves pintada es el inicio de la Guerra de Troya, una historia boomer, pero que no está mal del «to». Esta famosa «peleilla mundial» comienza con la boda de Tetis y Peleo, que eran los que tuvieron a Aquiles. Todas las divinidades, excepto Eris, fueron invitadas a la comilona en el «Fosters celestial» y ella, vengativa como ella solica, hizo lo que mejor sabía: «liar la pella», que por algo era la diosa de la discordia.

Así, durante el banquete de la boda, Eris apareció volando y soltó «a lo sonsolico» una manzana dorada sobre el ule de la mesa. Eris no dijo «naica» y se marchó por donde había «venío». Los demás se quedaron a cuadros al ver la fruta y se dijeron: «¿Y esto?».

La manzana en cuestión tenía había una inscripción en la que se podía leer: «pa la más bonica de toas». Rápidamente, fueron tres diosas las que dijeron que la manzana era para su menda.

—Es evidente que es para mí. – dijo Hera.

—¿Disculpa? Esa manzana me corresponde «a mua» –replicó Atenea.

—No os lo creéis ni hartas de vino. Yo soy la más bella de todas, «asín que» la manzana es mía –intervino Afrodita (nailla al aparato).

Y así se lió la de San Quintín entre las tres diosas, que se pelearon como si fuera una pelea de gallos entre la Rosalía, la Badgyal y la Zowi en mitad del CocaCola Festival.

Como no lograron ponerse de acuerdo y casi llegaron a las manos, pidieron al resto de los presentes escoger cuál era digna de poseerla. Zeus, que era el Badbunny de la época y temeroso de dar un veredicto por su cercana relación con las diosas, se lavó las manos y recurrió a Hermes, el mensajero de los dioses, para que echara el marrón a un mortal, y ese mortal fue Paris, el menor de los príncipes troyanos.

Si te fijas bien, Eris aún sobrevuela la escena y su brazo sigue «to estirao». En la mesa vemos a  Zeus sosteniendo la manzana a punto de dársela a Hermes. Al lado de su marido, Hera extiende la mano, esperando la manzana. También la extiende Atenea, de pie al otro lado de la mesa, vestida con su armadura. En primer término está Afrodita, que parece ofendida al ver que no le dan el fruto. En la esquina aparecen los novios, Tetis y Peleo, ella con velo, y él aún lleva en la cabeza la guirnalda de flores habitual de las ceremonias antiguas. 

Que se me olvidaba: el cuadro está pintado por Jordaens, nada que ver con el del baloncesto (soy algo cuñao, ya sabes).

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