sin-ella pdf
Frío, mucho frío. El sol del exterior no acompaña, se queda fuera como yo mismo quisiera estar. Alejado de aquí, de tanto miedo, de tanta soledad… de tanta tristeza.
El sonido del silencio a veces puede dañar los oídos, y si existe es porque no sabe cómo romperlo. O mejor, porque no quiere romperlo y saberse perdedor.
– venga cariño – me dice – no llores
– lloro y lloraré más aún – digo, sintiendo latidos cada vez más apagados
– si ya mismo se pasará todo… ya verás
muy bonito. Oye, escribes muy bien. ES increible que sea un niño el que pueda sentir tanto ¿no?
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está muy bonito. La verdad es que siempre he querido saber cómo se sentiría mi hijo la primera vez que lo dejé en el cole.
Yo, lo que recuerdo de mi primera vez, podría parecerse a algo así. Pero está tan lejos
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hola, soy amigo de Gabriel y me ha recomendado tu blog.
Me han gustado ciertas cosas. ESte, en particular está bien, pero me gusta más el otro de la pareja. Enhorabuena y suerte
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(En esos momentos de tristeza me invade otro sentimiento… el de la novedad. Y es que todo es nuevo para mí. ¡Y qué miedo da!.)
Sí,que cierto es tener miedo, pánico, terror, incertidumbre, nervios…. a la «novedad».
Pero menos mal que a veces «la novedad, lo desconocido» a veces también se recibe con alegría, entusiasmo, ilusión.
Yo realmente me sentí como esa mamá que cuando volvió a recoger a su hijo, ella también había llorado. También sufrir el ver como dejaba a mi hija en un ambiente desconocido para ella y para colmo con personas desconocidas. Me puse en su lugar y sufrí mucho también.
Pero algunos principios a lo desconocido son difíciles a aceptar o adaptarse.
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